domingo, 1 de noviembre de 2020

La revolución del Parkinson cabe en una simple hoja de papel.



Sabios y valientes neurólogos se han atrevido - no es fácil salirse del discurso dominante- a dejarnos en libros y a recomendarnos en estudios científicos estos verdaderos tesoros. Cambios que deberían ser supervisados siempre por el neurólogo de cada enfermo. Ni un paso atrás pero con la prudencia necesaria.

 
No soy neurólogo pero soy historiador, periodista digital y puedo escudriñar las bibliotecas y las bases de datos para buscar y leer a los neurólogos compasivos y suficientemente heterodoxos y brillantes: Karobath, Birkmayer, Fahn, Jenner, Mattson... Algunos de los nombres más respetados en los últimos 50 años de la Neurología ortodoxa acerca del Parkinson.

 




 



Cada día, pero siempre consultando antes al neurólogo:

- vitamina D3 por encima de 1200 UI diarias como Suzuki en 2013 (aunque ya en 2018 Hiller se atrevió a usar 10.000);
- las vitaminas B contra la homocisteína recomendadas por el Dr. Ahlskog y algunos más (1000-2000 mcg de B12, 2.5 mg de B9 y 25 mg de B6);
- y vitamina B2 por encima o cercana a los 90 mg al día del experimento de Coimbra en 2003 -aunque Schoenen usó 200-400 mg al día para migrañas con niños y adultos sin el menor problema, en los 90);

- vitamina C por encima de 3 gramos diarios como usó Fahn en 1992…

sábado, 17 de octubre de 2020

Una conversación reveladora con N, amiga mía y enferma de Parkinson



"Una conversación reveladora con N, amiga mía y enferma de Parkinson.
(¿ocurrida en 2012-14?, revisada en 2020)

"Nada en la vida es para ser temido,
es sólo para ser entendido.
Ahora es el momento de entender más,
para que temamos menos".
Marie Curie

 


Una amiga en común me explicó por teléfono y de forma resumida el caso de N y me invitó a tomar café a su casa y a hablar con ella, pues le habían diagnosticado la enfermedad de Parkinson tiempo atrás y se encontraba muy preocupada y deprimida.

Tímida y retraída, me saludó con bastante frialdad. Nos sentamos y hablamos de algunos temas irrelevantes para aliviar la tensión. Pensé que primero debía ganarme su confianza.

N. era funcionaria jubilada, de unos 70 años,

Ante todo le dejé claro que yo no era médico y que lo que le iba a contar era fruto de mi experiencia como cuidador durante los últimos 10 años de vida de mi padre. Le fui hablando del trauma del diagnóstico, del miedo al futuro, a perder el trabajo, la familia y los amigos, de la falta de empatía con su médico, etc.; y ella iba asintiendo a casi todas estas cosas que le mencionaba. Las reconocía como propias.

Le conté el caso de "curación" de una mujer llamada "Fátima" en un libro del neurólogo Dr. Rafael González Maldonado (que habíamos tomado como un caso real, siendo en realidad una reconstrucción ficticia de varios casos clínicos), el caso del Dr. Mark Peter Hurni, supuestos casos de "autocuración" (Annetta Freeman, Howard Shifke, John Pepper), la cinesia paradójica, la asombrosa mejora momentánea de la salud de mi padre durante unos minutos en 2010, la esperanza producida por los cientos de millones de dólares que la Fundación Michael J. Fox recaudó para estudios de investigación, los espectaculares videos de los doctores Birkmayer y Permultter, el video de las gafas azules para controlar las terribles disquinesias causadas por la medicación en un paciente, etc.

Una de las veces que nuestra amiga y anfitriona salió del salón para traer algo de la cocina, le dije que había muchos motivos para la esperanza, que le imprimiría los estudios científicos que quisiera y le enseñaría los videos de aquellos famosos neurólogos con los resultados espectaculares (Perlmutter con el glutatión intravenoso y Birkmayer con el NADH intravenoso).

Se echó a llorar.

Imagino que la visión de todo aquello, desconocido hasta ese momento, fue difícil de soportar emocionalmente.

Le hablé del caso de "curación" de una mujer llamada "Fátima" en el libro del Dr. González Maldonado (que habíamos tomado como un caso real, siendo en realidad una reconstrucción novelada a partir de varios casos clínicos), del caso del Dr. Mark Peter Hurni, de los supuestos casos de "autocuración" (Annetta Freeman, Howard Shifke, John Pepper), de los de cinesia paradójica, de la asombrosa mejoría momentánea de mi padre durante unos minutos en 2010, de la esperanza que suponían los cientos de millones de dólares que recaudaba para investigación la Fundación de Michael J. Fox, de los videos espectaculares de los doctores Birkmayer y Permultter, del video de las gafas azules para controlar las terribles disquinesias causadas por la medicación en un enfermo, etc.

Le expliqué lo perdidos y confusos que estuvimos mi padre y yo tantos años, que había una Neurología oficial, ortodoxa, que había avanzado mucho, pero no lo suficiente para enfermos y familiares (así lo sentíamos mi padre y yo, también muchos otros con los que hablamos), pero que había otra Neurología tan científica o más que la anterior, pero que buscaba otros caminos. A veces el mismo neurólogo había pasado por dos fases, como Birkmayer, unos de los padres del uso de la levodopa primero, y más tarde uno de los mayores "herejes" del mundo del Parkinson al proponer el NADH (una forma de la vitamina B3) como alternativa a la casi sagrada "Levodopa". Esta "otra Neurología" permanecía fuera de los canales oficiales porque, en nuestra opinión, aún no se le había permitido mostrar sus resultados en la clínica diaria.

Le recomendé que comprase los dos libros del Dr. González Maldonado e incluso que fuese a su consulta en Granada (España), si le era posible.


Le dije que la Genética, los medicamentos y la cirugía tenían sus limitaciones, le hablé de la importancia de los alimentos "antiparkinsonianos", de la importancia del Sol y la vitamina D, implicada en 33 enfermedades y miles de genes, de la necesidad de una actividad física lo más intensa posible aprobada por su neurólogo y adaptada a sus circunstancias personales, cambiar las emociones, reir, llorar, enfadarse, ponerse música a lo largo del día ... que imaginase una balanza con un platillo positivo y otro negativo. En el primero debía acumular todos los factores contra el Parkinson que pudiese. En el segundo, ir eliminando de su vida todos los posibles factores que se cree que pueden favorecer la enfermedad. Decenas, cientos. Y consultar todo, siempre con su neurólogo. Si no le perjudicaba, adelante. Con prudencia, pero con tenacidad.

La despedida fue muy diferente a lo ocurrido apenas una hora y media antes.
Me abrazó y me dió dos besos. Y me dijo al oído: "Muchas gracias, me has devuelto las ganas de vivir y de luchar".

Ahora N. temblaba mucho menos, su rostro era más expresivo y sonreía.


Aquella fue una de las experiencias más enriquecedoras vividas en estos
últimos años».

---

Nota en octubre de 2020:
Antes re-publicar este texto, escrito en algún momento entre 2012 y 2014, he tenido sentimientos encontrados. Por una parte, tristeza y rabia por no haber sabido más entonces para poder ayudarla más. Y por otra, una profunda alegría, al comprobar que los años de esfuerzo y las miles de horas dedicadas a buscar y leer, a compartir y enriquecerme en el chat de nuestra comunidad, han dado fruto: ahora sabemos cien veces mas que hace 6 o 7 años.

martes, 13 de octubre de 2020

Carta desde el futuro para mí mismo en 1994, cuando le diagnosticaron Parkinson a mi padre hace 26 años.


Carta desde el futuro (2020) para mí mismo en 1994...


 

(Última aparición pública de Karol Wojtila o Juan Pablo II en 2005. Un fuerte shock para mi padre comprobar que no había nada poderoso realmente contra el Parkinson...)




    (Demasiados obstáculos ajenos a la Ciencia).

 



(Una forma diferente de exponer lo que me han enseñado Dios, la vida, los sabios neurocientíficos, mi padre y los demás enfermos y cuidadores en 26 años -entre 1994 y 2020- ).

---

"Jesús, ya sabes que a papá le han diagnosticado Parkinson. No te asustes. Pero no te confíes. La levodopa no es perfecta. Ya sé que aún no sabes ni lo que es el Parkinson ni lo que es la levodopa. Ya tendrás tiempo de enterarte bien en 18 años…

Papá tiene todavía una edad buena (54 años). El cuerpo está en buen estado. Además, aún no ha tomado medicación, sobre todo levodopa. Puede tomar proteínas sin limitaciones: yema de huevo, sardinas, aguacate… Sí, un huevo diario.

Ya sabes que no soy médico y que legalmente no puedo aconsejarte nada. Así que me limitaré a decirte lo que yo haría en tu caso, lo cual resulta redundante. Como dos amigos o dos hermanos tomando café. O uno mismo, hablando solo delante de una tacita.

En primer lugar, no sabemos realmente si tiene Parkinson, porque la Fundación Michael J Fox -ya sabes, el famoso actor que acaba de reconocer en público que padece Parkinson en una entrevista en la tele-, que se creará dentro de 6 años reconocerá un 25 % de error diagnóstico en las etapas iniciales. Y sospecho que pueda ser más. De todas formas, la medidas a tomar son prácticamente las mismas. Algo va mal y la prudencia exige abarcar todas las posibilidades. Esto nos lo permiten ciertos alimentos y suplementos.

En segundo lugar, una pregunta: ¿cuál crees que es la causa principal de su enfermedad? No es necesario que me lo digas. Basta con que él lo sepa. Pregúntale.

Los tres elementos claves para su caso, en mi opinión son:

1 - Vitamina B6 (piridoxina), esencial para producir dopamina a partir de la dopa y para mil cosas más. El fosfato de piridoxal (su forma activa) es la coenzima más eficiente de la Naturaleza (la B2 y la C hacen falta para activar la B6). La fuentes para comenzar pueden ser levadura de cerveza (comprimidos marca Santiveri) y pistachos (unos 50 contienen 0.5 mg). Le van a prohibir cualquier rastro de esta vitamina, pero no les hagas mucho caso. No se han leído bien el prospecto de Sinemet o Madopar. Aún viven en el mundo de antes de 1975.

2 - Magnesio, muy deficitario en las dietas actuales y neuroprotector, regulador del estrés, del impulso muscular y nervioso, necesario para la síntesis del glutatión, para los genes, para casi todo. Necesita la B6 para llegar al interior de la neurona.

Las fuentes pueden ser los pistachos de antes y una ensalada con mucho verde cada día (el magnesio es el corazón de la clorofila).

3 - Vitamina C, vale para todo, como el magnesio y la B6. Protege el cerebro de la oxidación, el hígado y la integridad de la barrera hematoencefálica, etc.

Abarcan todo el espectro de posibles causas del Parkinson, aunque haya otros más especializados: B2 para la movilidad, omega 3 y cúrcuma para la depresión, cardo mariano o alcachofas para el hígado, melatonina para el sueño, carbonato de magnesio como laxante, B12 para el equlibrio, etc.

Hacer ejercicio físico y la vitamina D de tomar el Sol (y de añadir un suplemento de vitamina D3) son ESENCIALES. Frenan la enfermedad. Todavía faltan unos años, pero Oguh en 2014 demostrará que el ejercicio físico frena la enfermedad y Suzuki en 2013 para la D3 (1200 UI al día como mínimo).

La actitud mental es muy importante en el Parkinson: el efecto placebo puede llegar a ser de un 30 % o más de mejora motora en los que esperan la levodopa y reciben sólo azúcar en los estudios (el famoso placebo).

Otro de los pilares es controlar la neurotóxica homocisteína: Ahlskog recomienda en sus libros 25 mg de B6, 2´5 mg de B9 y 2 mg (2000 mcg) de B12.

Un buen suplemento de vitaminas y minerales puede ayudarte como otro pilar, tipo Supradyn.


RESUMEN:

Si puedes localizar una posible o posibles causas, mejor. Por ejemplo, para un estrés y ansiedad brutales, más magnesio y levadura de cerveza, mucha vitamina C natural y de suplementos, omega 3, etc. Si no, abrir el abanico, con alimentos y recetas que lo abarcan todo:

Té verde
Yema de huevo (desde el gigantesco estudio PURE de 2017, nos permiten uno al día). Fundamental para los neurotransmisores.
Aguacate
Brócoli.
Cúrcuma.
Sardinitas, frescas o en lata.
Gazpacho
Ensalada.
Cuando llegue el momento, si es que es necesaria, tomar Sinemet o Madopar en pequeñas cantidades y unida a la Mucuna con polifenoles del té verde (Teavigo).

Papá tiene hábitos nutricionales horribles. Come fatal, todo basura. Bebe refresco de cola y café nada más. Cuesta mucho trabajo cambiarlos. Insístele. Añade cosas para que poco a poco vayan haciéndose sitio en su dieta. Puedes ir despacio: añadir un tomate diario en forma de ensalada; una naranja, una manzana y un kiwi; una o dos zanahoria crudas o al vapor, etc.

Lo ideal es una dieta mediterránea con toques orientales (té verde, cúrcuma, jengibre, etc.). Lo "zero" o "light" es veneno neurotóxico (aspartamo). Quítaselo todo.

Un poco de tomate frito con cúrcuma y pimienta negra (proporción 5 a 1; si usas una cuchara de postre, una cucharadita de cúrcuma y la punta generosa de pimienta negra, más o menos). Es antioxidante, antiinflamatoria, limpia la glándula pineal que produce la melatonina, atraviesa la barrera protectora del cerebro: así que ataca los radicales libres y las moléculas proinflamatorias, eleva el glutatión…).

Sin agobios, pero sin dejarlo para dentro de unos meses o para el año próximo, porque tienes una oportunidad de oro.

Si no lo convences, lo va a pasar muy mal.

No te olvides de comprar los dos primeros libros del neurólogo del Dr. González Maldonado cuando aparezcan en 1997 y en 2004, "El extraño caso del Dr. Parkinson" (será el favorito de papá) y "Tratamientos heterodoxos en la enfermedad de Parkinson", que será tu favorito. Sí, ríete. Pero poco a poco dejarás de ser un neandertal, un cavernícola, para ir abriendo la mente a lo nuevo. Y dicen que los milagros no existen...

Si no me haces caso, te costará 26 años darte cuenta de esto y más de 50.000 horas de búsqueda y estudio, pero creo que entonces, ya podrás "matar de hambre" al Parkinson, no al enfermo. Pero no te confíes ni desperdicies el tiempo y el conocimiento precioso que se te ha dado. Muchos, muchos millones antes y ahora no tuvieron esa oportunidad.

Consúltalo todo con el médico y el farmacéutico. Quizás los neurólogos se rían o se enfaden. Era lo habitual en tu época, pero en la mía ya están abriendo la mente y dejan a sus pacientes probar si saben que no les hará daño. Una actitud valiente y humana. Osler estaría contento. Hipócrates también.

Un fuerte abrazo y mucho ánimo.

P.D.: Te adjunto el libro que escribiré en 2015. Sólo para tus ojos. Así podrás ahorrarle a papá vivir un infierno en la tierra. En 2020 hemos aprendido mil veces más de lo que sabes en 1994. No lo olvides. Hay luz al final del túnel."

domingo, 27 de septiembre de 2020

Las autopsias nos cuentan los secretos del Parkinson...

Los cerebros de los enfermos de Parkinson nos cuentan los secretos de la enfermedad en las autopsias… 

 


 

“¿Cuánta verdad puede soportar un hombre? 

El error no es ceguera, el error es cobardía”. 

Friedrich Nietzsche

 


Lo que nos grita el Parkinson en las autopsias, una vez cruzada la última frontera. Lo mismo es lo que previene la enfermedad, controla los síntomas, frena su progresión… ¡Es lo mismo! No hay apenas diferencias, salvo matices. Es la escena final de un drama que dura toda la vida: oxidación, inflamación… puntos vulnerables que no se refuerzan… 

El panorama, como campos de batalla o ciudades destruidas por la guerra...

Durante 50 años hemos caminado perdidos por el laberinto parkinsoniano sin saber ni dónde estábamos ni por qué estábamos allí encerrados. Pero eso ha cambiado gracias a los libros y estudios cada vez más luminosos y esclarecedores de decenas, cientos de neurólogos brillantes y valientes, así como otros expertos en neurociencias (Ahlskog, Coimbra, Shults, Birkmayer, Karobath, Suzuki, Monti, Perlmutter, Sechi, González Maldonado, Marjama Lyons, Mandel, Hurni, Braak, Fahn, etc.). Cientos de estudios antiguos (Jenner, McGeer, Mattson, Coimbra, Powers…) nos dicen lo que es el Parkinson y miles de estudios más recientes (Alberts, Suzuki, Marashly, Monti, Schaeffner…) nos muestran todo lo necesario para tener una visión bastante clara del puzzle resuelto, aunque todavía con los ojos ligeramente cerrados. Faltan importantes detalles, pero lo esencial ya lo sabemos. Con tal de que no demos la espalda a la Naturaleza y dejemos a un lado la soberbia para reconocer que habíamos entrado en bloque todo "el mundo del Parkinson" en un callejón sin salida o también interminable (podríamos seguir en el camino actual 100 o 200 años sin encontrar nada significativo para mejorar el día a día de enfermos y familiares cuidadores. Apostaría mi vida a que es así). 

La última frontera a la que me refiero en el título es la muerte. Las autopsias que han hecho en cerebros de enfermos de Parkinson fallecidos no sólo nos confirman todo lo que ya sabemos, sino que parecen señalarnos el mismo camino a seguir. Y han sido confirmadas recientemente con técnicas de escaneo de los cerebros estando los enfermos vivos. Los estudios que se han realizado "post mortem" nos dicen que en los cerebros de los parkinsonianos había (sobre todo en la famosa y vulnerable "sustantia nigra") una oxidación y una inflamación brutales, así como una alteración de todo: mitocondrias, glutatión, coenzima Q10, NADH, etc.. Múltiples factores, múltiples carencias. Un caos creciente con el paso de los años pues no se corrige, sino que se le echa gasolina al fuego: 

 

 1) muchas huellas señalan a una OXIDACIÓN intensa (Jenner ya lo dijo desde 1992), por eso tantísimos antioxidantes previenen la enfermedad y frenan o reducen la gravedad de los síntomas (el folato o vitamina B9 previene el Parkinson un 49 % y regula la severidad de los síntomas a través de la reducción del nivel de la neurotóxica e infravalorada todavía homocisteína); 

 

 2) señales muy claras de NEUROINFLAMACIÓN (como indica McGeer, neurólogo de fama mundial sobre el Alzheimer). Las huellas de esa inflamación son la activación de la microglia y los restos de moléculas proinflamatorias: citoquinas, interleukina, etc (Block 2007, McGeer 2008). Los que han tomado antinflamatorios no esteroideos como la aspirina previenen el Parkinson en un 46 %, así como antinflamatorios naturales como el jengibre, la curcumina (que atraviesa la barrera que protege el cerebro), los polifenoles del té verde, el DHA de los omega 3 (Yamamoto 2005, un 47 % menos de demencia según Schaeffer 2006), etc. La alfasinucleína tiene un papel importante en esta inflamación (Zhang 2005, Lee 2008, Reynolds 2008, Su 2009). El magnesio y el té verde protegen el sistema nervioso e impiden la agregación de la alfasinucleína tanto producida por hierro como espontánea (Golts 2002); 

 

3) acumulaciones neurotóxicas de HIERRO (Antonini 1993) y ALUMINIO (Yasui 1992). Posiblemente la carencia de vitaminas imprescindibles para metabolizar correctamente el hierro -como la riboflavina- produzcan esas acumulaciones. El té verde y el ácido alfalipoico son quelantes (antidotos, eliminadores) del hierro (Koonyosying 2018, Tai 2020). Las autopsias o los analizadores láser detectan acumulaciones de hierro en el cerebro, sobre todo en los ganglios basales y en la sustantia nigra (Dexter 1991, 1992, Good 1992, Linert 2000). El hierro produce una mayor oxidación que se va retroalimentando y entra en un círculo vicioso que explicaría el agravamiento progresivo de la enfermedad (Linert 2000). En autopsias de parkinsonianos hay depósitos de aluminio en los ganglios basales y en la sustancia gris (Perl 1982, Yasui 1991, 1992). Su "antídoto" o quelante es el magnesio, tan deficitario en la dieta media occidentalizada actual y tan gastado por el estrés de la vida moderna (el magnesio es el mineral antiestrés que regula el necesario y peligroso cortisol), que el aluminio y otros metales pesados arrasan el cerebro. La cúrcuma también es un enemigo letal del aluminio (Laabdar 2016). 

 

 4) una carencia casi total de GLUTATIÓN (Perry 1982, 1986, Pearce 1997, Sian 1994, Arakawa 2007), el principal antioxidante de la "sustantia nigra". No es raro, pues en las fases avanzadas de la enfermedad queda sólo un 2 % (Adams 1991). La vitamina C es el antioxidante externo más importante para proteger las neuronas de los grupos hidróxilos, tan vinculados al Parkinson. Para atravesar la barrera hematoencefálica como si fuera glucosa, la membrana de la neurona y la de la mitocondria se convierte en ácido dehidroascórbico (la forma oxidada de la prodigiosa vitamina C) que tendría que ser devuelta a la vida -reducida- por el glutatión. Pero hay un grave problema: que ya no queda apenas. En las autopsias no se ha encontrado ni rastro de glutatión en la sustantia nigra; 

5) Y los patólogos ven el cerebro de los enfermos de Parkinson como un antiguo campo de batalla: daño en las mitocondrias en el complejo I de la respiración celular (Parker 2008); cuerpos de Lewy y alteraciones de la alfasinucleína (Zhang 2005, Lee 2008, Reynolds 2008, Su 2009), etc. 

El "padre" de la Medicina moderna, el Dr. William Osler se refirió hace más de un siglo al Parkinson como un envejecimiento acelerado del cerebro. En otra imagen poderosa, alguien hablaba como si el cerebro estuviera en llamas y hubiese que "apagarlo" con antioxidantes y antiinflamatorios (Wang 2006, Sanders 2013), protectores del hígado (Lombard, Marjama Lyons), probióticos para el "segundo cerebro" (Gershon, Bercik, Tillish, Scheperjans)… 

Recomiendo ver el documental "El misterio del Alzheimer", disponible en español en Youtube. Y leer muchísimo entre líneas o ver entre fotogramas… porque se parecen mucho el mundo que rodea al Alzheimer y el del Parkinson. 

El cerebro de los enfermos de Parkinson en las autopsias está destruído como un viejo campo de batalla, como una ciudad arrasada. Pero como la policía cientifica, como detectives vamos reconstruyendo lo que ha sucedido… y así sabremos la forma de evitarlo. Pero con las "armas" de la Naturaleza (EGCG, alicina, quercetina, resveratrol, curcumina, magnesio, melatonina…). 

 

NOTA.- Esto es un borrador en el que estoy trabajando ahora para el libro. Lo comparto con vosotros porque estoy tocando con los dedos el objetivo. A esto me refiero cuando solicito vuestra ayuda para no aplazarlo ahora por razones materiales o no llegar hasta el final por falta de libros y de estudios de revistas médicas suficientes. Véis cómo todo en el mundo del Parkinson nos grita lo mismo: ¡¡¡son las vitaminas, minerales y oligoelementos, fitoquímicos, grasas, etc.!!! Espero ser capaz de transmitir la pasión con la que vivo lo que estoy buscando y encontrando. Ya no sólo vemos en el suelo del laberinto las pistas que nos dejaron escritas los sabios (Karobath, Sacks, Birkmayer, Riederer, Jenner, Mattson…), sino que el mismo laberinto nos habla de lo mismo: cuando todos callan, el niño grita: ¡¡¡Pero si el emperador va desnudo!!!

Como me ocurrió en 2015, ya tengo "el libro entero en la cabeza". Ya no hay vuelta atrás hasta que esté fuera, escrito y maquetado. 

 

 “Algunas cosas del pasado desaparecieron 

pero otras abren una brecha al futuro 

 y son las que quiero rescatar.” 

Mario Benedetti

viernes, 25 de septiembre de 2020

Severidad de los síntomas del Parkinson según el nivel de ciertos nutrientes

Severidad de los síntomas del Parkinson 
según el nivel de ciertos nutrientes en la sangre:
 
 

 

 
Después de 26 años dedicado a observar y estudiar el mundo del Parkinson (naturalmente con una intensidad creciente), como alquimistas en sus alambiques, hemos destilado unas gotas de "elixir de la vida" para los enfermos de Parkinson. Esas "gotas" de información son plenamente ortodoxas y nos permitirán controlar la severidad de los síntomas, controlar el rumbo de la enfermedad "aquí y ahora", por primera vez en la Historia:
- nivel alto de COLESTEROL, recomendado por el prestigioso neurólogo David Perlmutter en 2013 (Huang 2011);
- nivel de MAGNESIO (Barbiroli 1999), que abarca todo lo imaginable contra el Parkinson (neuroprotectora, laxante, relajante, epigenética, etc.);
- nivel de GLUTATIÓN (Perry 1982, Riederer 1989, Sechi 1996, Jenner 1998), que se puede subir con cardo mariano, cúrcuma, NAC, vitamina C, ácido alfalipoico, etc;
- nivel de la tóxica HOMOCISTEÍNA (Yasui 2000, Muller 2001, Christine 2018, Saadat 2018), controlable como indica el neurólogo Ahlskog con las baratísimas VITAMINAS B6, B9 y B12 o con sólo B9 (Siniscalchi 2005);
- nivel de VITAMINA B12 (Leigh 2018, Christine 2018, McCarter 2019).
- nivel de VITAMINA D (Suzuki 2013, Liu 2014). La vitamina D hace más lento su agravamiento o frena la progresión durante un año con 1200 UI diarias, como nos han mostrado Suzuki y su equipo. El neurólogo Perlmutter habló en 2013 de hasta 5000 a 10.000 UI diarias.
- nivel de VITAMINA C. Cuando se ha medido en los linfocitos mejor que en el plasma sanguíneo, una importante reducción de la vitamina C se ha observado que va unida a un aumento en la severidad de los síntomas (Ide 2015).
- dosis de 90 mg al día de VITAMINA B2 o RIBOFLAVINA (Coimbra 2003), dividida en tres tomas (30-30-30). Al cabo de 6 meses mejora del 44 al 71 % de movilidad y otros aspectos (sueño, estado de ánimo, etc.). Tres enfermos alcanzaron un 100 % de mejoría. Cuanto mayor nivel de B2 en la sangre, mayor el beneficio. 
Seguridad B2 o riboflavina: más de 100 pacientes con migraña en total, recibieron 400 mg durante 3 meses, con una mejora del 59 al 68,2 %, sin el menor problema (Schoenen 1994, 1998). Un grupo de 41 niños con migraña recibieron 200-400 mg al día durante 3, 4 ó 6 meses con éxito y sin problemas (Condo 2009).
Jesús Márquez Rivera. Parkinson aquí y ahora. 
jesusmarquezrivera@gmail.com
https://parkinsonaquiyahora.blogspot.com/

jueves, 3 de septiembre de 2020

Se acerca el final del Parkinson.


Se acerca el final del Parkinson. 


Vivimos inmersos en una "revolución" que ya casi ha "matado de hambre" al Parkinson (3 septiembre 2020).


“Algunas cosas del pasado desaparecieron
pero otras abren una brecha al futuro
y son las que quiero rescatar.”
Mario Benedetti





Esto sonará a locura o disparate a quien no haya "perdido" unas horas en leer lo que hemos publicado en los últimos meses.

"Nuestra" revolución es plenamente ortodoxa y rabiosamente heterodoxa a la vez. Esta aparente paradoja se resuelve en la realidad… más allá de los velos que ocultan la verdad sobre esta dolorosa enfermedad. Vivimos cabalgando el tigre, a caballo de las olas de una riada implacable formada por miles de estudios y noticias que están arrinconando la visión antigua del Parkinson, la de Charcot y Gowers, pero también la de Cotzias, Hornyckiewicz y el primer Birkmayer (antes de finales de los 80).

Ortodoxa porque hundimos nuestras raíces en los estudios de neurólogos respetados y valientes, que publicaron en las revistas más prestigiosas del mundo del Parkinson desde 1971.

Pero ante todo heterodoxa, hereje hasta el límite de lo legal, porque la situación actual no se puede soportar más. De algunos de esos neurólogos hemos aprendido la importancia de combatir la homocisteína con vitamina B9, reducir la oxidación del cerebro con vitamina C o proteger el hígado del enfermo (tan castigado por la medicación) con cardo mariano, del papel esencial del glutatión, de la vitamina D3 o de todas y cada una de las vitaminas del grupo B (Luong, Costantini B1; Coimbra B2; Birkmayer B3 o NADH; Ahlskog, Marjama B6; Ahlkog, Marjama, González Maldonado B9; Ahlskog, Schaffner B12).

---

Nuestra revolución dice que el Parkinson no es, no debería ser el Parkinson como lo conocemos hoy. Que la levodopa no es la panacea ni el patrón oro del Parkinson, pero que con los nutrientes adecuados puede potenciarse e impedir o aliviar muchos sus efectos negativos, que son tantos y tan poderosos que es lo que llamamos hoy Parkinson en un alto porcentaje.

No voy a recomendar taichi, boxeo o maratones. Voy a recomendar dieta mediterránea, ejercicio físico adaptado por el especialista y superalimentos (yema de huevo, brécol, espinacas, kiwi…) y suplementos (levadura de cerveza, vitamina B2, coenzima Q10, glutatión o NAC, vitamina D3 en dosis altas mencionadas por neurólogos, cardo mariano…).

Lo puedo decir más claro y lo voy a decir: el Parkinson que conocemos hoy es en gran medida un Parkinson virgen, originario con múltiples carencias de las que sólo se trata la de dopamina y además se trata con levodopa-carbidopa sin aliviar sus potentes efectos adversos: Parkinson originario tratado de forma limitada más los efectos adversos devastadores a medio y largo plazo de la levodopa (y los desconocidos de agonistas, entacapona, etc.).



(La visión antigua del Parkinson: un laberinto sin salida).

Siempre hemos escuchado que la información es poder. Pero nunca lo fue tanto como para los enfermos de Parkinson a mediados de 2020. Sin Internet y sin la lengua inglesa como forma de comunicación internacional nada hubiera sido posible.

Por primera vez en la Historia tenemos al alcance de la mano realidades maravillosas plasmadas en estudios de los últimos 50 años (desde Karobath en 1971…) y esperanzas inmediatas basadas en cientos de estudios que aparecen cada año, pero que sólo pueden entenderse a la luz de los anteriores (Enomoto 2019, Schaffner 2019, Heo 2020, Lama 2020).



(La visión nueva del Parkinson: una enfermedad o síndrome multifactorial y multicarencial).


Sé que es muy difícil ver claro cuando los años de enfermedad y los medicamentos nublan la mente, pero les pido que confíen en mí y en este sitio. De la misma forma que el familiar cuidador pareciera que sustituye a veces la voluntad debilitada del enfermo, así en este sitio buscamos de forma incansable e implacable, escudriñamos hasta el último libro al que tenemos acceso, los miles de resultados de la búsquedas en bases de datos como Pubmed, en busca de las piezas que faltan del puzzle, que ya son pocas.

Si entornamos un poco los ojos, podemos intuir ya la imagen final del puzzle.

El Parkinson es una carencia de múltiples nutrientes (multicarencial) que -tras una serie de años o décadas- debilitan la zona productora de dopamina y dejan indefenso al organismo ante todo tipo de agresores del sistema nervioso (multifactorial), especialmente en el punto débil de las mitocondrias de las neuronas productoras de dopamina y de otros neurotransmisores. El papel del ECGC del té verde es clave, así como la coenzima Q10 o el NADH de la vitamina B3. La forma oxidada de la vitamina C que atraviesa así la barrera protectora del cerebro como si fueta azúcar y llega al interior de la neurona y de sus mitocondrias, el glutatión y las vitaminas que regulan la venenosa homocisteína son claves (B2, B6, B9 y B12).

No nos vamos a rendir. Recurrimos al lenguaje poético, a la provocación del lenguaje publicitario y sensacionalista cuando hace falta, con el único fin de hacer despertar al mayor número de enfermos y familiares para que conozcan esta información liberadora y decidan por sí mismos: el yugo de una visión antigua, decimonónica del Parkinson se ha terminado.

Gracias a Birkmayer, Sacks, Braak, Mattson, Fahn, Olanow, Coimbra, Shults, Perry, Sechi, Monti, Perlmutter… se ha terminado para siempre. Más específicamente: Karobath 1971, Birkmayer 1989, Fahn 1992, Shults 2002, Coimbra 2003, Alberts 2009, Suzuki 2013, Hinz 2011, 2016, Dorsey 2007, 2018…

Y esta información no puede quedar encerrada en un libro por el beneficio económico o las alambradas del copyright, que supone un muro insalvable para miles de enfermos en esta época de crisis creada artificialmente para empobrecernos y hacernos sufrir más, por los mismos que no previenen el uso de pesticidas parkinsonizantes (paraquat, rotenona), el uso de medicamentos que inducen pakinsonismo (betabloqueantes, neurolépticos) o de aditivos alimenticios neurotóxicos (aspartamo, glutamato monosódico).

Los que poseen las industrias farmacéuticas son los mismos propietarios de los bancos. Las corporaciones modernas ya no tienen límites, fronteras ni escrúpulos. Están en todas partes y lo controlan casi todo para conseguir beneficios a cualquier precio. Alimentos, productos químicos, medicinas...

En 2020 han aparecido estudios revolucionarios que se suman a los que ya conocemos. Miles de científicos y neurólogos van rompiendo las cadenas de la era de la levodopa-carbidopa. Se atreven a investigar vitaminas y otros nutrientes sin limitaciones, se atreven a no oponerse a que sus pacientes tomen vitaminas a pesar de que no las hayan estudiado en la carrera por unos planes de estudio que dejan de lado la Historia de la Medicina y la Nutrigenómica (nutrición) o la Farmacognosia (fitoterapia).

Para terminar me gustaría recordar el pensamiento del físico nuclear Oppenheimer, que no existe en inglés, pero tanto si es auténtico como si no, merece la pena grabarlo a fuego en nuestras mentes para la revolución auténtica del Parkinson: 


"Solo tiene futuro aquel que investiga en el pasado,
porque investigando en el pasado se puede redescubrir el futuro."


Verlo TODO de forma diferente a como nos habían enseñado. Y no por capricho o por una iluminación o visión mágica, sino por la recuperación y visión de miles de estudios puestos "sobre la mesa", todos juntos y a la vez.

Sigo estudiando, sigo aprendiendo y comprendiendo más y más lo que supone el mundo del Parkinson, que determina lo que hoy es la enfermedad de Parkinson y sus tratamientos. Los que se permiten y los que se ignoran.

El Parkinson no es una enfermedad natural. Es una enfermedad creada por la mano del hombre (aunque se dieran casos hace miles de años, eran relaivamente escasos. La pandemia actual (Dorsey 2007, 2018) es algo totalmente diferente a lo que relataban los manuales ayurvédicos o los médicos occidentales en el siglo XVIII). Un entorno hostil, saturado de tóxicos, unos tratamientos con fuertes efectos adversos y que han dado la espalda a la Naturaleza (todo tiene que ser sintético y patentable, nunca vitaminas y minerales o fitoquímicos), y unos hábitos modernos individuales y colectivos que dejan indefenso el cerebro ante tanta agresión. Además de unos pocos genes y gigantescos intereses económicos. Esto es el Parkinson como lo conocemos hoy. He tardado 26 años en darme cuenta. Espero que a usted le lleve menos tiempo gracias a "Parkinson aquí y ahora" y a muchos otros sitios y divulgadores, al trabajo de decenas de sabios y cientos de investigadores y médicos que sacrificaron muchas cosas por nosotros.

No olviden ser atrevidos en la búsqueda y sabios, prudentes a la hora de los cambios, consultando todo con el médico y el farmacéutico.

---

(© 2020. Jesús Márquez Rivera.
Borrador de un prólogo para el libro que estoy preparando en español y en inglés. Puede copiarlo y pegarlo en su sitio o enlazarlo sin problema ninguno.)

martes, 18 de agosto de 2020

La vitamina B2 es una de las claves para acabar con el Parkinson

 

LA VITAMINA B2 ES UNA DE LAS CLAVES 

PARA ACABAR CON EL PARKINSON. 

 

 «Allí donde la vida levanta muros, 

la inteligencia abre una salida». 

Marcel Proust 

 

 

Por favor, confíe en mi. Lea este breve artículo hasta el final y dígame si no vivimos en medio de una revolución extraordinaria que va a acabar con el mundo del Parkinson… y por tanto, con la enfermedad que lleva ese nombre. Posiblemente sea uno de los textos más liberadores que pueda leer sobre la enfermedad en su vida. No desaproveche esta oportunidad. Confíe en mi. Ha costado demasiado tiempo y dolor reunir esta información a muchos sabios y a millones de enfermos y familiares cuidadores veteranos (mi caso). 

 

La riboflavina o vitamina B2 es esencial en la salud humana, y por tanto en el Parkinson. Pero cien, mil veces más de lo que imaginaba. 

Lo habitual: vitamina hidrosoluble (se elimina por la orina el sobrante) del grupo B, funciones imprescindibles en el metabolismo de hidratos (energía), proteínas (aminoácidos, neurotransmisores) y grasas (membranas celulares, nervios, energía). Lo que no es poco. 

 Algo más: Dos de sus coenzimas son esenciales: la FAD y la FMN. Casi tan importantes como el fosfato de piridoxal de la vitamina B6 o el NADH de la vitamina B3 (apostaría a que en estas tres últimas frases está resumido más del 50 % del Parkinson originario, antes de medicación). El FMN es necesario para la conversión de la piridoxina (vitamina B6) en su forma funcional, fosfato de piridoxal. Sin ella no hay dopamina. El FAD es necesario para la biosíntesis de la niacina —o bien vitamina B3 o vitamina PP— a partir del aminoácido triptófano. Tan importante en el Parkinson, que Walther Birkmayer, neurólogo padre y hereje de la levodopa, propuso el NADH -coenzima de la vitamina B3- para estimular la producción interna de dopamina en lugar de aportarla desde fuera, en forma sintética (el precursor levodopa). 

Los alimentos ricos en ella son la leche y los quesos, el hígado de ternera y las carnes de pollo y cerdo, el huevo, la levadura de cerveza, los granos integrales y los vegetales verdes, el espárrago y el brócoli. 

Pero aquí viene lo interesante para nosotros: Cuando apareció el maravilloso estudio de Coimbra y Junquiera en 2003, fueron ignorados o relativizaron los resultados. Pero la pregunta exacta no es si cumplía el estudio con los estándares algunas veces "draconianos" de productos patentables de una industria farmacéutica que dispone de miles de millones para gastar en lo que sea necesario. La pregunta justa es cómo se tardó tanto en hacer y cómo podría no tener esos resultados SIENDO LA B2 O RIBOFLAVINA IMPRESCINDIBLE PARA PRODUCIR DOPAMINA, GLUTATIÓN Y ATP (LA MOLÉCULA DE LA ENERGÍA). 

Su papel en la neuroprotección está ya demostrado (Marashly 2017) y atraviesa la barrera protectora del cerebro, llegando a las neuronas y a los astrocitos (Moriyama 2011). Reduce el riesgo de desarrollar Parkinson en un 51 % (McCormick 1988). Y produce una mejora motora en todos los casos del estudio de un 44-71 % a los seis meses. A medida que avanzan los meses, los beneficios son mayores (Coimbra 2003). Tiene una función decisiva en los complejos I y II de la respiración de las mitocondrias, además de ser imprescindible en la síntesis del glutatión y en su recuperación una vez oxidado (Powers 1999). Y por si faltase algo, tiene potencial epigenético (hasta ahora se conocen 90 genes que codifica). 

COIMBRA Y JUNQUEIRA 2003: Ya por fin tuve tiempo para leer entero el estudio de Coimbra y Junqueira de 2003. Les dieron 30 mg de riboflavina tres veces al día (cada 8 horas, total: 90 mg diarios). Eliminaron la carne roja de sus dietas. Los 31 pacientes se encontraban en estadios avanzados de Parkinson. El nivel de vitamina B2 era deficiente en todos al comenzar. Después de 6 meses, la capacidad motora de todos ellos había mejorado entre un 44 y un 71 % (según la escala de Hoehn y Yahr) con mejoras en la difícil noche de los parkinsonianos, el sueño, el razonamiento, la motivación y en la depresión. Y la mejora estaba correlacionada con el nivel de B2 en sangre. Creí que se habían vuelto locos al usar 90 mg diarios. Pero en estudios sobre migraña, se usaron 400 mg diarios sin problema alguno (Schoenen 1994, 1999). 

 

--- 

El video de la importante recuperación de uno de los 31 pacientes que se beneficiaron del estudio del Dr. Cicero Coimbra en 2003, usando dosis de 90 mg al día de vitamina B2 (riboflavina). En el video habla de tres meses, pero el máximo beneficio fue a los 6 meses de iniciado el estudio: de un 44 a un 71 % de mejora en la movilidad (también en el sueño, el estado de ánimo, etc.). Es probable que continuara la mejoría (después de grabarse el video hace 17 años). 

 


--- 

Seguimos buscando esos "unicornios" legendarios: la dieta equilibrada, la cirugía de células madre que están investigando en la Clínica tal con dinero de alguna famosa Fundación o lo que sea. Ellos gastan muchísimo dinero para que todo cambie… pero que todo siga igual. Cuando las claves para prevenir y curar el Parkinson las tenemos delante de nuestros ojos, al alcance de nuestras manos. Sólo hace falta la información apropiada, el cambio de mentalidad y la prudencia de consultarlo todo con el especialista. 

¿Vitamina B2, vitamina D, vitamina C (tb, su forma oxidada, ácido dehidroascórbico, que atraviesa las barreras como si fuera glucosa para llevar ayuda a las neuronas y a las mitocondrias, siendo restaurada ya dentro por el glutatión), NAC oral o glutatión intranasal, extracto de polifenoles del té verde como Teavigo, vitamina B9 para la tóxica homocisteína (posible responsable del enloquecimiento de la alfasinucleína y de buena parte del daño a las mitocondrias), cardo mariano (silimarina, silibilina)? 

¿Hay alguien en el mundo que se atreva a decirme que esto no mejoraría mucho las vidas de los enfermos y de sus familiares, sobre todo en las primeras fases de la enfermedad, cuando los tratamientos aún no han hecho demasiado daño? ¿A qué produciría en los enfermos antes de tratamiento un efecto tan parecido a la curación que nadie podría distinguirlo de una importante mejoría? 

Nos llevaron a espantosos callejones sin salida, que no se extrañen ahora de que triunfe la revolución… de miles de estudios que siguen apareciendo cada año como una riada liberadora. 

Si después de leer esto que le pedí al principio que leyera hasta el final, no le aparece una enorme sonrisa en el rostro y no le dan ganas de bailar de alegría, es que tiene que leerlo una y otra vez, hasta que perfore la gruesa capa de adoctrinamiento que hemos recibido a lo largo de nuestras vidas en este Matrix que lo controla casi todo. Yo he tardado 26 años, así que no le extrañe que le diga algo así. 

(Esto es el borrador de un apartado de mi futuro libro, el que saldrá en español y en inglés. Cada página será así de implacable. Tal vez más.).

miércoles, 5 de agosto de 2020

Lo que es "Parkinson aquí y ahora"… en agosto de 2020


Lo que es "Parkinson aquí y ahora"… en agosto de 2020.


Desde que nació este proyecto "Parkinson aquí y ahora" tras el fallecimiento de mi padre en 2012, nuestra tarea se ha ido enriqueciendo de varias formas:



1) seguimos buscando estudios y libros de neurólogos que aportan cosas nuevas para la mejora de la vida de los enfermos y sus cuidadores (Ahlskog, Marjama Lyons, González Maldonado, Birkmayer, etc.);

2) escuchamos los problemas de los que confían en este sitio para desahogarse y/o buscar ayuda: muchas veces recomendando un neurólogo concreto, un libro como "Tratamientos heterodoxos", que consulte a su médico y a su farmacéutico sobre tal vitamina o nutriente, la dosis adecuada para su caso, si le conviene; etc. Muchas veces, el médico, aunque no le vea mayor beneficio, no pone obstáculo si ve que no le perjudica. Lo que siempre resulta elogiable;

3) Poniendo en contacto a enfermos o cuidadores veteranos con otros que comienzan a buscar, despertados bruscamente de la "luna de miel" con la levodopa cuando hace menos efecto y aparecen los efectos negativos, por ejemplo sobre el uso del aceite de cannabis medicinal (marcas, dosis, legalidad en el país, asociaciones que ayudan), etc.

Nuestro trabajo es plenamente ortodoxo: recomendamos a neurólogos, buscamos sus libros, no cuestionamos la sagrada levodopa mientras no haya nada mejor (pero sí defendemos que se puede potenciar su eficacia con vitamina B3 y reducir sus efectos negativos con vitamina C como señalan ya numerosos estudios, o informamos sobre la posibilidad de combinar levodopa sintética con Mucuna, siempre bajo la guía del especialista -ya hay más de 100 estudios científicos al respecto-).

Poco a poco vamos enriqueciendo nuestro objetivo gracias a los aportes de todos. Y cada vez somos más una comunidad de personas enfermas y de familiares cuidadores (ya más de 3000 en toda Iberoamérica), que se ayuda a sí misma y entre sí. Y eso me hace muy feliz, a pesar de todo el sufrimiento innecesario que todavía veo en los foros, blogs chats, etc., por todo el mundo, sin diferencia de países y de idiomas (gracias al traductor online Deep L).

Otro texto que se ha ido convirtiendo en mi guía para actuar:

"Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia."

Nosotros queremos que un día no haya ya más Parkinson y soñamos con eso: un mundo sin Parkinson. Pero estamos consiguiendo un volumen y calidad de información sin precedentes gracias a Google, PubMed, Internet Archive y blogs especializados, pero no demasiado. Los últimos estudios de Heo, Enomoto, Schaffner, Lama van a cambiar el mundo del Parkinson para siempre...

"Comerciamos" con esperanzas y nuestra moneda de curso legal son estudios, libros y experiencias.

Descaro, osadía para buscar sin prejuicio alguno y prudencia para actuar, para consultarlo todo con el médico.

martes, 28 de julio de 2020

La revolución en el Parkinson ya está aquí. Vivimos inmersos en ella hace décadas.


EL "ALAMBIQUE" PARA DESTILAR AUTÉNTICAS "MEDICINAS" PARA ACABAR CON EL PARKINSON YA, AHORA MISMO.



Después de 26 años dedicado a observar y estudiar el mundo del Parkinson (naturalmente con una intensidad creciente, desde la inicial indiferencia a la implacable determinación actual), como un alquimista en su alambique, hemos destilado unas gotas de "elixir de la vida" para los enfermos de Parkinson. Esas "gotas" de información son plenamente ortodoxas y nos permitirán controlar la severidad de los síntomas, controlar el rumbo de la enfermedad "aquí y ahora", por primera vez en la Historia:

- lo último que hemos añadido ha sido un NIVEL ALTO DE COLESTEROL, recomendado por el prestigioso neurólogo David Perlmutter (Huang 2011);
- nivel de MAGNESIO (Barbiroli 1999), que abarca todo lo imaginable contra el Parkinson (neuroprotectora, laxante, relajante, epigenética, etc.);
- nivel de GLUTATIÓN (Perry 1982, Riederer 1989, Sechi 1996, Jenner 1998), que se puede subir con cardo mariano, cúrcuma, NAC, vitamina C, ácido alfalipoico, etc;
- nivel de la tóxica HOMOCISTEÍNA (Yasui 2000, Muller 2001, Christine 2018, Saadat 2018), controlable como indica el neurólogo Ahlskog con las baratísimas VITAMINAS B6, B9 y B12 o con sólo B9 (Siniscalchi 2005);
- nivel de VITAMINA B12 (Leigh 2018, Christine 2018, McCarter 2019).
- nivel de VITAMINA D (Suzuki 2013, Liu 2014). La vitamina D hace más lento su agravamiento o frena la progresión durante un año con 1200 UI diarias, como nos han mostrado Suzuki y su equipo. El neurólogo Perlmutter habló en 2013 de hasta 5000 a 10.000 UI diarias.
- nivel de VITAMINA C. Cuando se ha medido en los linfocitos mejor que en el plasma sanguíneo, una importante reducción de la vitamina C se ha observado que va unida a un aumento en la severidad de los síntomas (Ide 2015).


Es decir que si tenemos un nivel bajo de colesterol (sobre todo por las estatinas), poco magnesio (como es frecuente), el glutatión bajo, la homocisteína alta y poca vitamina B12 (que con los años resulta cada vez más difícil de asimilar), poca vitamina D (sería un prodigio que siendo el 95 % de la población norteamericana deficitaria, los enfermos de Parkinson no lo fuesen, aunque estudios haya para todo) y menos vitamina C de la necesaria, el Parkinson es como lo conocemos hoy, crónico y degenerativo. Y si no hacemos nada diferente, seguirá siendo así.
¿Por qué seguimos buscando por ahí fuera lo que ya tenemos al alcance de la mano en el mercado, el supermercado, la farmacia o la herboristería?
Lo que sí puedo prometerles a todos es que no me voy a rendir y voy a encontrar todo lo que pueda beneficiar a los enfermos y a sus familiares, por muy oculto que esté en las estanterías de libros o en las bases de datos. Vamos a cambiar entre todos el mundo del Parkinson para siempre. Ésa es una promesa que les hago hoy. Pese a quien pese, cueste lo que cueste.
Y un día no muy lejano, viviremos en un mundo sin Parkinson. En el que algunas personas muy mayores recordarán a los demás lo que fue esa enfermedad. Ése es mi sueño. Y por sueños así merece la pena vivir y empeñar la vida.
 

sábado, 18 de julio de 2020

Si la gente supiera… lo que es el Parkinson.


Si la gente supiera… lo que es el Parkinson.


Si la gente supiera lo duro, lo durísimo que puede llegar a ser el Parkinson, nos ayudaría a divulgar esta información. Vale que no toda, pero ¿ni siquiera la homocisteína, la cantidad justa de vitamina B6, la vitamina D? Son cosas tan obvias como montañas que se encuentre alguien en el camino. A cuántos famosos, a cuántos científicos he escrito, y ni siquiera han contestado.

Si la gente supiera lo fácil que sería ayudar a los enfermos actuales a llevar una vida mucho mejor y a casi frenar el empeoramiento: pero los estudios se acumulan (vitamina D, vitamina C, ácido fólico, glutatión, magnesio, B12) y la indiferencia, más aún.

Si la gente supiera lo fácil que sería ayudar a los que empiezan, a convertir su enfermedad en algo perfectamente controlable (con sólo bajar la homocisteína, restaurar el glutatión y aportar la vitamina D apropiada -que todavía no sabemos cuánta es, por falta de estudios, pero que podemos deducirlo de los estudios existentes: 1200 UI al día, parece lo mínimo -salvo mejor criterio del médico de cada cual-. Antes de tomar levodopa, tal vez abundante B6 y aguacate.

Si la gente supiera lo fácil que resultaría concienciar a la población que pueda tener una predisposición genetica o una historia con acontecimientos peligrosos (ciertos medicamentos, un estrés brutal difícil de manejar, insomnio, estreñimiento, etc.), con campañas de polifenoles de té verde en bebidas y alimentos, todas las vitaminas del grupo B, suplemento de vitamina D y enseñar a la población de reponer las reservas de vitamina D tomando el Sol de forma correcta, resveratrol, vitamina C de alimentos y suplementos, magnesio en los abonos, información en series de televisión de máxima audiencia, etc.

Si la gente supiera lo que es el Parkinson, como yo lo sé (y los saben millones de enfermos y familiares), si fuera necesario estarían toda la vida comiendo sólo zanahorias y tomates, si esto se demostrara que podía curar el Parkinson y si es que esto fuera cierto y no sólo un ejemplo ilustrativo y exagerado.

Si la gente supiera lo que es el Parkinson, no intentaría ganar dinero a costa de la salud de una madre que no sabe como cuidará en el futuro de sus dos hijos pequeños, de un hijo que ve cómo su padre se va apagando, se encorva y tiene terribles pesadillas, o de un joven que antes de lo que debería sentir cualquiera el zarpazo de la Bestia, ya siente como la enfermedad le levanta los muros de Cavafis o los barrotes de la jaula de la pantera de Rilke.

Y pongo todo esto porque hoy ya podemos evitarlo. Esto era el Parkinson visto con los ojos del siglo XIX todavía en 2020. Y no con la visión fresca y revolucionaria de cientos, miles de estudios que nos enseñan cómo "matar de hambre" a la Bestia y a los que le han entregado su alma.

Mi querido y admirado Alexander Solzhenitsyn, que conoció los campos y la enfermedad, el destierro y el miedo, comenzó su obra magna "Archipiélago Gulag" de esta forma que yo quisiera hacer mía un momento:

«A todos los que no vivieron lo bastante
para contar estas cosas.
Y que me perdonen
si no supe verlo todo,
ni recordarlo todo,
ni fui capaz de intuirlo todo.»


O los recuerdos de la poetisa Ana Ajmátova en su "Requiem", de una fuerza aterradora:

«EN LUGAR DE UN PRÓLOGO

En los terribles años de Yezhov hice cola
Durante siete meses delante de las cárceles de Leningrado.
Una vez alguien me reconoció. Entonces
Una mujer que estaba detrás de mí, con los labios
Azulados, que naturalmente nunca había oído mi nombre,
Despertó del entumecimiento que era habitual en todas nosotras
Y me susurró al oído (allí hablábamos todas en voz baja):
-¿Y usted puede describir esto?
Y yo dije:
– Puedo.
Entonces algo como una sonrisa resbaló en aquello que una vez había sido su rostro.»

 
La tragedia que viven los enfermos de Parkinson cada día es de tal magnitud como el sufrimiento de aquel pueblo "soviético", del que hablaron Solzhenitsyn y Ajmátova.. Sé de lo que hablo. No son estudios, son vivencias de entonces y de ahora, unas que yo viví y otras las que leo a diario.

Insisto en que ya no tiene que ser así. Depende de nosotros decirnos: "se acabó. Ya está bien". Y actuar con valor y con prudencia. Pero ni un sólo paso atrás.

A mí manera y con mis muchas limitaciones, yo también voy a intentar "verlo todo" y "describir esto".

Y no, por mucho que insistan, no: dos y dos no son cinco. Ni lo fueron en el siglo XIX ni lo serán en el XXI. No mientras podamos evitarlo.