martes, 28 de julio de 2020

La revolución en el Parkinson ya está aquí. Vivimos inmersos en ella hace décadas.


EL "ALAMBIQUE" PARA DESTILAR AUTÉNTICAS "MEDICINAS" PARA ACABAR CON EL PARKINSON YA, AHORA MISMO.



Después de 26 años dedicado a observar y estudiar el mundo del Parkinson (naturalmente con una intensidad creciente, desde la inicial indiferencia a la implacable determinación actual), como un alquimista en su alambique, hemos destilado unas gotas de "elixir de la vida" para los enfermos de Parkinson. Esas "gotas" de información son plenamente ortodoxas y nos permitirán controlar la severidad de los síntomas, controlar el rumbo de la enfermedad "aquí y ahora", por primera vez en la Historia:

- lo último que hemos añadido ha sido un NIVEL ALTO DE COLESTEROL, recomendado por el prestigioso neurólogo David Perlmutter (Huang 2011);
- nivel de MAGNESIO (Barbiroli 1999), que abarca todo lo imaginable contra el Parkinson (neuroprotectora, laxante, relajante, epigenética, etc.);
- nivel de GLUTATIÓN (Perry 1982, Riederer 1989, Sechi 1996, Jenner 1998), que se puede subir con cardo mariano, cúrcuma, NAC, vitamina C, ácido alfalipoico, etc;
- nivel de la tóxica HOMOCISTEÍNA (Yasui 2000, Muller 2001, Christine 2018, Saadat 2018), controlable como indica el neurólogo Ahlskog con las baratísimas VITAMINAS B6, B9 y B12 o con sólo B9 (Siniscalchi 2005);
- nivel de VITAMINA B12 (Leigh 2018, Christine 2018, McCarter 2019).
- nivel de VITAMINA D (Suzuki 2013, Liu 2014). La vitamina D hace más lento su agravamiento o frena la progresión durante un año con 1200 UI diarias, como nos han mostrado Suzuki y su equipo. El neurólogo Perlmutter habló en 2013 de hasta 5000 a 10.000 UI diarias.
- nivel de VITAMINA C. Cuando se ha medido en los linfocitos mejor que en el plasma sanguíneo, una importante reducción de la vitamina C se ha observado que va unida a un aumento en la severidad de los síntomas (Ide 2015).


Es decir que si tenemos un nivel bajo de colesterol (sobre todo por las estatinas), poco magnesio (como es frecuente), el glutatión bajo, la homocisteína alta y poca vitamina B12 (que con los años resulta cada vez más difícil de asimilar), poca vitamina D (sería un prodigio que siendo el 95 % de la población norteamericana deficitaria, los enfermos de Parkinson no lo fuesen, aunque estudios haya para todo) y menos vitamina C de la necesaria, el Parkinson es como lo conocemos hoy, crónico y degenerativo. Y si no hacemos nada diferente, seguirá siendo así.
¿Por qué seguimos buscando por ahí fuera lo que ya tenemos al alcance de la mano en el mercado, el supermercado, la farmacia o la herboristería?
Lo que sí puedo prometerles a todos es que no me voy a rendir y voy a encontrar todo lo que pueda beneficiar a los enfermos y a sus familiares, por muy oculto que esté en las estanterías de libros o en las bases de datos. Vamos a cambiar entre todos el mundo del Parkinson para siempre. Ésa es una promesa que les hago hoy. Pese a quien pese, cueste lo que cueste.
Y un día no muy lejano, viviremos en un mundo sin Parkinson. En el que algunas personas muy mayores recordarán a los demás lo que fue esa enfermedad. Ése es mi sueño. Y por sueños así merece la pena vivir y empeñar la vida.
 

sábado, 18 de julio de 2020

Si la gente supiera… lo que es el Parkinson.


Si la gente supiera… lo que es el Parkinson.


Si la gente supiera lo duro, lo durísimo que puede llegar a ser el Parkinson, nos ayudaría a divulgar esta información. Vale que no toda, pero ¿ni siquiera la homocisteína, la cantidad justa de vitamina B6, la vitamina D? Son cosas tan obvias como montañas que se encuentre alguien en el camino. A cuántos famosos, a cuántos científicos he escrito, y ni siquiera han contestado.

Si la gente supiera lo fácil que sería ayudar a los enfermos actuales a llevar una vida mucho mejor y a casi frenar el empeoramiento: pero los estudios se acumulan (vitamina D, vitamina C, ácido fólico, glutatión, magnesio, B12) y la indiferencia, más aún.

Si la gente supiera lo fácil que sería ayudar a los que empiezan, a convertir su enfermedad en algo perfectamente controlable (con sólo bajar la homocisteína, restaurar el glutatión y aportar la vitamina D apropiada -que todavía no sabemos cuánta es, por falta de estudios, pero que podemos deducirlo de los estudios existentes: 1200 UI al día, parece lo mínimo -salvo mejor criterio del médico de cada cual-. Antes de tomar levodopa, tal vez abundante B6 y aguacate.

Si la gente supiera lo fácil que resultaría concienciar a la población que pueda tener una predisposición genetica o una historia con acontecimientos peligrosos (ciertos medicamentos, un estrés brutal difícil de manejar, insomnio, estreñimiento, etc.), con campañas de polifenoles de té verde en bebidas y alimentos, todas las vitaminas del grupo B, suplemento de vitamina D y enseñar a la población de reponer las reservas de vitamina D tomando el Sol de forma correcta, resveratrol, vitamina C de alimentos y suplementos, magnesio en los abonos, información en series de televisión de máxima audiencia, etc.

Si la gente supiera lo que es el Parkinson, como yo lo sé (y los saben millones de enfermos y familiares), si fuera necesario estarían toda la vida comiendo sólo zanahorias y tomates, si esto se demostrara que podía curar el Parkinson y si es que esto fuera cierto y no sólo un ejemplo ilustrativo y exagerado.

Si la gente supiera lo que es el Parkinson, no intentaría ganar dinero a costa de la salud de una madre que no sabe como cuidará en el futuro de sus dos hijos pequeños, de un hijo que ve cómo su padre se va apagando, se encorva y tiene terribles pesadillas, o de un joven que antes de lo que debería sentir cualquiera el zarpazo de la Bestia, ya siente como la enfermedad le levanta los muros de Cavafis o los barrotes de la jaula de la pantera de Rilke.

Y pongo todo esto porque hoy ya podemos evitarlo. Esto era el Parkinson visto con los ojos del siglo XIX todavía en 2020. Y no con la visión fresca y revolucionaria de cientos, miles de estudios que nos enseñan cómo "matar de hambre" a la Bestia y a los que le han entregado su alma.

Mi querido y admirado Alexander Solzhenitsyn, que conoció los campos y la enfermedad, el destierro y el miedo, comenzó su obra magna "Archipiélago Gulag" de esta forma que yo quisiera hacer mía un momento:

«A todos los que no vivieron lo bastante
para contar estas cosas.
Y que me perdonen
si no supe verlo todo,
ni recordarlo todo,
ni fui capaz de intuirlo todo.»


O los recuerdos de la poetisa Ana Ajmátova en su "Requiem", de una fuerza aterradora:

«EN LUGAR DE UN PRÓLOGO

En los terribles años de Yezhov hice cola
Durante siete meses delante de las cárceles de Leningrado.
Una vez alguien me reconoció. Entonces
Una mujer que estaba detrás de mí, con los labios
Azulados, que naturalmente nunca había oído mi nombre,
Despertó del entumecimiento que era habitual en todas nosotras
Y me susurró al oído (allí hablábamos todas en voz baja):
-¿Y usted puede describir esto?
Y yo dije:
– Puedo.
Entonces algo como una sonrisa resbaló en aquello que una vez había sido su rostro.»

 
La tragedia que viven los enfermos de Parkinson cada día es de tal magnitud como el sufrimiento de aquel pueblo "soviético", del que hablaron Solzhenitsyn y Ajmátova.. Sé de lo que hablo. No son estudios, son vivencias de entonces y de ahora, unas que yo viví y otras las que leo a diario.

Insisto en que ya no tiene que ser así. Depende de nosotros decirnos: "se acabó. Ya está bien". Y actuar con valor y con prudencia. Pero ni un sólo paso atrás.

A mí manera y con mis muchas limitaciones, yo también voy a intentar "verlo todo" y "describir esto".

Y no, por mucho que insistan, no: dos y dos no son cinco. Ni lo fueron en el siglo XIX ni lo serán en el XXI. No mientras podamos evitarlo.

viernes, 17 de julio de 2020

Bienvenido a "Parkinson aquí y ahora" en 2020.


Bienvenido a "Parkinson aquí y ahora" en 2020.


Sólo ofrecemos esperanza basada en la Ciencia. Nuestras fuentes son neurólogos y otros neurocientíficos, recomendamos siempre consultarlo todo con el neurólogo y aceptamos la levodopa, pero sólo mientras no haya nada mejor  y potenciando su eficacia y corrigiendo sus efectos adversos con los nutrientes que muestran los estudios. ¿Puede haber algo más ortodoxo?






Si estás cansado de buscar información entre toneladas de noticias falsas, anuncios comerciales, columnas de humo, como en un tiovivo que da vueltas y vueltas, es posible que encuentres aquí motivos de esperanza. Pero una esperanza real basada en la Ciencia: en escritos de neurólogos, cientos o miles de estudios científicos de los últimos 50 años y testimonios y experiencias de enfermos y familiares cuidadores veteranos.

Lo que funciona es lo que nos interesa, sea la levodopa-carbidopa con coenzima Q10 o polifenoles del té verde, con 10-25 mg de vitamina B6 o el cardo mariano, o el sorprendente suplemento de vitamina D3 del estudio de Suzuki en 2013 o de la maravillosa riboflavina o vitamina B2 del olvidado y condenado mil veces estudio de Coimbra en 2003. Siempre con valor para buscar y prudencia para probar, consultando todo al médico.


Este es un resumen de casi 14 años de búsqueda y unos 26 años de mirar el mundo del Parkinson desde el diagnóstico de mi padre en 1994. Estimo que el resultado de más de 30.000 horas de trabajo.

1) Prevenir la enfermedad o reducir el riesgo:

 - café, tabaco y antiinflamatorios no esteroideos, un 87 % (Powers 2008)
 - con vitamina D en ciertos casos, un 67 % (Knekt 2010);
 … con vitamina C, un 40 % (Hellebrand 1996).
 … con vitamina E, entre un 32 y un 39 % (Zhang 2002, Golbe 1988)
 … con flanonoides, un 40 % (Gao 2012).
 … con betacaroteno, un 32 % (Hellenbrand 1996).
 … con ácido fólico o B9, un 49 % (Religa 2006).
 … con riboflavina o B2, un 51 % (McCormick 1988).
 - con té verde, en regiones donde se consume de forma  
   habitual: 50 % menos Parkinson (Pan 2003);
 - con café: consumo habitual de 2-3 tazas al día, 20-70 % (Ascherio 2001, Sobel 2000, Ross, 2000, 2001). Entre los que no beben café nunca, se da 5 veces más la enfermedad (Ross 2000, Hu 2007)
 - con tabaco, entre un 40 y un 61 %, y más (Grandinetti 1994, Hernan 2001, 2002).

2) Retrasar la enfermedad y frenarla (o hacerla más lenta):

 - café, retrasa los síntomas 8 años, de los 64 a los 72 (Benedetti 2000);
 - té verde, retrasa los síntomas 7,7 años (Kandinov 2009);
 - vitamina C y E, 3 gramos y 3200 UI diarias, durante un año: retraso de necesidad medicación por 2,5 años (Fahn 1992).
 - la vitamina C estimula la producción de dopamina y potencia el efecto de la levodopa, haciendo necesarias dosis menores (Zhao 2019);
- multivitamínico (A, C y E): retraso de síntomas 3 años, gemelos idénticos, ¿epigenética? (Maher 2002).

 - ejercicio físico, lo frena (Oguh 2014) y los retrasa (Tsai 2002);
 - vitamina D, 1200 UI durante un año, sin empeorar (Suzuki 2013).
 - glutatión (Sechi 1996).
 - coenzima Q10 (Shults 2002).
 - creatina (Beal 2003).
 - antioxidantes (Grimes 1988).
 - omega 3 (Youdim 2000, Saugstad 2006, 2008).
 - ácido alfalipoico (Araujo 2011).
 - vitamina E (Bischot 1993).
 - té verde, extracto EGCG (Mandel 2002, Levites 2003).


3) Mejorar los síntomas y la evolución de la enfermedad.

 - la vitamina B2 para mejorar la movilidad, 30 mg cada 8 h, 44-71 % (Coimbra 2003);
 - el ejercicio físico intenso, 35 % de mejoría (Alberts 2009);
 - N-acetilcisteína o NAC, precursor de glutatión mejora motora y no motora (Monti 2019);
 - la vitamina C para reducir la oxidación y los daños por la oxidación de los residuos de la levodopa (Riederer 1989, Pardo 1993, Berg 2001...);
 - el cardo mariano en cápsulas para proteger el hígado tan sobrecargado (300 mg al día, libros de neurólogos Lombard y Marjama-Lyons);
 - el ácido fólico para reducir la peligrosísima homocisteína (Ahlskog, González Maldonado, etc.), sola o con B12 y B6;
 - un nivel bajo de vitamina B12 empeora y el necesario mejora función motora y cognitiva (Christine 2018, McCarter 2019);
 - las perlas de omega 3 EPA y DHA para la depresión y para muchas cosas más -así se evita el exceso de proteínas, pero imprescindibles en 50-80 gramos para sintetizar neurotransmisores- (Silva 2008);
- la vitamina B6 de alimentos, levadura de cerveza o suplementos suaves, no pasando de 25 mg como mencionan los prospectos de levodopa -porque sin B6 no hay dopamina- y varios neurólogos en sus libros y estudios, como Ahlskog, Marjama Lyons, Siniscalchi…
 - la vitamina B3 en dosis adecuadas y supervisada por el especialista, para tratar la mente y la psicosis producto de los medicamentos a largo plazo (libros y artículos del famoso neuropsiquiatra Abram Hoffer);
- numerosos estudios han encontrado altos porcentajes de neuropatía en los enfermos de Parkinson comparados con los controles (sanos). La carencia de vitamina B12 es la causa más frecuente (Zis 2017).

 - dieta cetogénica (Vanitallie 2005). 43 % de mejoría en síntomas motores;
 - tiamina B1 (Luong 2012);
 - NADH (Black 1986);
 . vitamina B6 (Tan 2005);
 - GDNF (Gill 2005) - la vitamina D regula el gen que lo produce-;
 - glutatión (Sechi 1996).


4. Severidad de los síntomas.

Según los estudios publicados hasta hoy, la progresión del Parkinson y su severidad de los síntomas dependen de:

    - nivel de magnesio (Barbiroli 1999);
    - nivel de glutatión (Perry 1982, Riederer 1989, Sechi 1996, Jenner
      1998);
    - nivel de la tóxica homocisteína (Yasui 2000, Muller 2001, Christine 2018, Saadat 2018);
    - nivel de B12 (Leigh 2018, Christine 2018, McCarter 2019).


“Ver lo que está delante de nuestros ojos requiere un esfuerzo constante".
George Orwell