jueves, 3 de septiembre de 2020

Se acerca el final del Parkinson.


Se acerca el final del Parkinson. 


Vivimos inmersos en una "revolución" que ya casi ha "matado de hambre" al Parkinson (3 septiembre 2020).


“Algunas cosas del pasado desaparecieron
pero otras abren una brecha al futuro
y son las que quiero rescatar.”
Mario Benedetti





Esto sonará a locura o disparate a quien no haya "perdido" unas horas en leer lo que hemos publicado en los últimos meses.

"Nuestra" revolución es plenamente ortodoxa y rabiosamente heterodoxa a la vez. Esta aparente paradoja se resuelve en la realidad… más allá de los velos que ocultan la verdad sobre esta dolorosa enfermedad. Vivimos cabalgando el tigre, a caballo de las olas de una riada implacable formada por miles de estudios y noticias que están arrinconando la visión antigua del Parkinson, la de Charcot y Gowers, pero también la de Cotzias, Hornyckiewicz y el primer Birkmayer (antes de finales de los 80).

Ortodoxa porque hundimos nuestras raíces en los estudios de neurólogos respetados y valientes, que publicaron en las revistas más prestigiosas del mundo del Parkinson desde 1971.

Pero ante todo heterodoxa, hereje hasta el límite de lo legal, porque la situación actual no se puede soportar más. De algunos de esos neurólogos hemos aprendido la importancia de combatir la homocisteína con vitamina B9, reducir la oxidación del cerebro con vitamina C o proteger el hígado del enfermo (tan castigado por la medicación) con cardo mariano, del papel esencial del glutatión, de la vitamina D3 o de todas y cada una de las vitaminas del grupo B (Luong, Costantini B1; Coimbra B2; Birkmayer B3 o NADH; Ahlskog, Marjama B6; Ahlkog, Marjama, González Maldonado B9; Ahlskog, Schaffner B12).

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Nuestra revolución dice que el Parkinson no es, no debería ser el Parkinson como lo conocemos hoy. Que la levodopa no es la panacea ni el patrón oro del Parkinson, pero que con los nutrientes adecuados puede potenciarse e impedir o aliviar muchos sus efectos negativos, que son tantos y tan poderosos que es lo que llamamos hoy Parkinson en un alto porcentaje.

No voy a recomendar taichi, boxeo o maratones. Voy a recomendar dieta mediterránea, ejercicio físico adaptado por el especialista y superalimentos (yema de huevo, brécol, espinacas, kiwi…) y suplementos (levadura de cerveza, vitamina B2, coenzima Q10, glutatión o NAC, vitamina D3 en dosis altas mencionadas por neurólogos, cardo mariano…).

Lo puedo decir más claro y lo voy a decir: el Parkinson que conocemos hoy es en gran medida un Parkinson virgen, originario con múltiples carencias de las que sólo se trata la de dopamina y además se trata con levodopa-carbidopa sin aliviar sus potentes efectos adversos: Parkinson originario tratado de forma limitada más los efectos adversos devastadores a medio y largo plazo de la levodopa (y los desconocidos de agonistas, entacapona, etc.).



(La visión antigua del Parkinson: un laberinto sin salida).

Siempre hemos escuchado que la información es poder. Pero nunca lo fue tanto como para los enfermos de Parkinson a mediados de 2020. Sin Internet y sin la lengua inglesa como forma de comunicación internacional nada hubiera sido posible.

Por primera vez en la Historia tenemos al alcance de la mano realidades maravillosas plasmadas en estudios de los últimos 50 años (desde Karobath en 1971…) y esperanzas inmediatas basadas en cientos de estudios que aparecen cada año, pero que sólo pueden entenderse a la luz de los anteriores (Enomoto 2019, Schaffner 2019, Heo 2020, Lama 2020).



(La visión nueva del Parkinson: una enfermedad o síndrome multifactorial y multicarencial).


Sé que es muy difícil ver claro cuando los años de enfermedad y los medicamentos nublan la mente, pero les pido que confíen en mí y en este sitio. De la misma forma que el familiar cuidador pareciera que sustituye a veces la voluntad debilitada del enfermo, así en este sitio buscamos de forma incansable e implacable, escudriñamos hasta el último libro al que tenemos acceso, los miles de resultados de la búsquedas en bases de datos como Pubmed, en busca de las piezas que faltan del puzzle, que ya son pocas.

Si entornamos un poco los ojos, podemos intuir ya la imagen final del puzzle.

El Parkinson es una carencia de múltiples nutrientes (multicarencial) que -tras una serie de años o décadas- debilitan la zona productora de dopamina y dejan indefenso al organismo ante todo tipo de agresores del sistema nervioso (multifactorial), especialmente en el punto débil de las mitocondrias de las neuronas productoras de dopamina y de otros neurotransmisores. El papel del ECGC del té verde es clave, así como la coenzima Q10 o el NADH de la vitamina B3. La forma oxidada de la vitamina C que atraviesa así la barrera protectora del cerebro como si fueta azúcar y llega al interior de la neurona y de sus mitocondrias, el glutatión y las vitaminas que regulan la venenosa homocisteína son claves (B2, B6, B9 y B12).

No nos vamos a rendir. Recurrimos al lenguaje poético, a la provocación del lenguaje publicitario y sensacionalista cuando hace falta, con el único fin de hacer despertar al mayor número de enfermos y familiares para que conozcan esta información liberadora y decidan por sí mismos: el yugo de una visión antigua, decimonónica del Parkinson se ha terminado.

Gracias a Birkmayer, Sacks, Braak, Mattson, Fahn, Olanow, Coimbra, Shults, Perry, Sechi, Monti, Perlmutter… se ha terminado para siempre. Más específicamente: Karobath 1971, Birkmayer 1989, Fahn 1992, Shults 2002, Coimbra 2003, Alberts 2009, Suzuki 2013, Hinz 2011, 2016, Dorsey 2007, 2018…

Y esta información no puede quedar encerrada en un libro por el beneficio económico o las alambradas del copyright, que supone un muro insalvable para miles de enfermos en esta época de crisis creada artificialmente para empobrecernos y hacernos sufrir más, por los mismos que no previenen el uso de pesticidas parkinsonizantes (paraquat, rotenona), el uso de medicamentos que inducen pakinsonismo (betabloqueantes, neurolépticos) o de aditivos alimenticios neurotóxicos (aspartamo, glutamato monosódico).

Los que poseen las industrias farmacéuticas son los mismos propietarios de los bancos. Las corporaciones modernas ya no tienen límites, fronteras ni escrúpulos. Están en todas partes y lo controlan casi todo para conseguir beneficios a cualquier precio. Alimentos, productos químicos, medicinas...

En 2020 han aparecido estudios revolucionarios que se suman a los que ya conocemos. Miles de científicos y neurólogos van rompiendo las cadenas de la era de la levodopa-carbidopa. Se atreven a investigar vitaminas y otros nutrientes sin limitaciones, se atreven a no oponerse a que sus pacientes tomen vitaminas a pesar de que no las hayan estudiado en la carrera por unos planes de estudio que dejan de lado la Historia de la Medicina y la Nutrigenómica (nutrición) o la Farmacognosia (fitoterapia).

Para terminar me gustaría recordar el pensamiento del físico nuclear Oppenheimer, que no existe en inglés, pero tanto si es auténtico como si no, merece la pena grabarlo a fuego en nuestras mentes para la revolución auténtica del Parkinson: 


"Solo tiene futuro aquel que investiga en el pasado,
porque investigando en el pasado se puede redescubrir el futuro."


Verlo TODO de forma diferente a como nos habían enseñado. Y no por capricho o por una iluminación o visión mágica, sino por la recuperación y visión de miles de estudios puestos "sobre la mesa", todos juntos y a la vez.

Sigo estudiando, sigo aprendiendo y comprendiendo más y más lo que supone el mundo del Parkinson, que determina lo que hoy es la enfermedad de Parkinson y sus tratamientos. Los que se permiten y los que se ignoran.

El Parkinson no es una enfermedad natural. Es una enfermedad creada por la mano del hombre (aunque se dieran casos hace miles de años, eran relaivamente escasos. La pandemia actual (Dorsey 2007, 2018) es algo totalmente diferente a lo que relataban los manuales ayurvédicos o los médicos occidentales en el siglo XVIII). Un entorno hostil, saturado de tóxicos, unos tratamientos con fuertes efectos adversos y que han dado la espalda a la Naturaleza (todo tiene que ser sintético y patentable, nunca vitaminas y minerales o fitoquímicos), y unos hábitos modernos individuales y colectivos que dejan indefenso el cerebro ante tanta agresión. Además de unos pocos genes y gigantescos intereses económicos. Esto es el Parkinson como lo conocemos hoy. He tardado 26 años en darme cuenta. Espero que a usted le lleve menos tiempo gracias a "Parkinson aquí y ahora" y a muchos otros sitios y divulgadores, al trabajo de decenas de sabios y cientos de investigadores y médicos que sacrificaron muchas cosas por nosotros.

No olviden ser atrevidos en la búsqueda y sabios, prudentes a la hora de los cambios, consultando todo con el médico y el farmacéutico.

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(© 2020. Jesús Márquez Rivera.
Borrador de un prólogo para el libro que estoy preparando en español y en inglés. Puede copiarlo y pegarlo en su sitio o enlazarlo sin problema ninguno.)

7 comentarios:

  1. Hace 44 años moría mi padre, en un estado lamentable a causa del Parkinson.
    Fui familiar y cuidadora, hoy soy paciente. Lo vi sufrir muchísimo, sometido a un tratamiento cruel en muchos aspectos. Hoy llevo 12 años diagnosticada, con una excelente calidad de vida, con un abordaje interdisciplinario, con una apertura a probar cosas nuevas pero sin caer en recetas irmprovisadas. Hace 12 años que tomo altas dosis de Q10 a quien le adjudico mucho de mi bienestar. Y para finalizar estoy participanddo de una investigación genética. Con esto quiero expresar que creo que debemos aunar los esfuerzos, aprovechar las experiencias, revisar viejos axiomas, para llegar a nuestra cura definitiva. Creo en la apertura pero con rigor científico, con fundamentos criterio sos, con cierta certeza de que el remedio será mejor que la enfermedad.

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  2. Jesus Marquez, yo estoy ayudando a mi hermano con Parkinson y hemos visto mucho cambio , el despues de 8 años ua tomaba levodopa-carbidopa cada 2 horas y batallaba para caminar. llevamos varios meses tratandolo, inicialmente con megadosis de Ganoderma lucidum, mas spirulinas y otros nutrientes poderosisimos que la Naturaleza nos proporciona, llevo infinidad de testimonios de una diversidad de enfermedades, descubriendo lo maravilloso que es el cuerpo humano y todo lo que el Creador dejo, te recomiendo investigar sobre estos productos, mas la Melena de Leon , el Cordiceps y el Noni. me pongo a tus ordenes y creeme que podemos mejorar la Calidad de vida increiblemente. a mi me dieron 20 años de vida promedio de mi problema y hoy llevo 32 años con 12 de no tomar un solo farmaco. mi hermano le hemos reducido la pastilla a la mitad. saludos y quedo a tus ordenes. whatsapp +52 866 100 0799 atte Carlos Salazar

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  3. Muy interesante todo lo que escribís. Si te sirve de algo, te cuento mi experiencia. Hace 11 años tuve mi primer síntoma de Parkinson (tengo algo de temblor en mi brazo derecho). Demoraron casi dos años en diagnosticarme el Parkinson debido a que yo aún era joven (no tanto pero tenía 49 años). Por lo tanto comencé tomando solamente rasagilina y un par de años más tarde, una dosis baja de pramipexol. Yo por mi cuenta, me agregué un potente antioxidante natural, Astaxantina. Y no puedo decir exactamente por qué pero, 11 años después no me ha avanzado prácticamente nada. Hago ejercicio, canto en dos coros y toco piano. Y lo más importante: pienso dar batalla cueste lo que cueste, para no comenzar con la levodopa!! Muchas gracias por todo su aporte!

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  4. GRACIAS POR ESTE REGALO AMIGO,LO DIGO POR LOS DATOS, Y CREO EN ELLOS PORQUE EN ALGUNOS CASOS HAY PARECIDOS A MI MANERA DE VIVIR CON PARKINSON Y ME HAN RESULTADO POSITIVOS,TAMBIEN LO DE GRACIAS ES PORQUE EL 3 DE SEPTIEMBRE 2020 ,CUMPLI 65

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  5. DE DONDE ERES Y DONDE CONSIGO TU LIBRO¿

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