sábado, 1 de enero de 2022

La revolución que vivimos, la necesidad de sencillez y unas cuantas consideraciones intempestivas.

 



 
 1. Conozca la revolución que vivimos, pero que no llegará a los enfermos en mucho tiempo si no hacemos algo. 
 
 
«Y aquellos que fueron vistos bailando, 
fueron considerados locos por quienes 
no podían escuchar la música». 
Friedrich Nietzsche
 
 
Si está cansado de buscar información entre toneladas de noticias falsas, anuncios, columnas de humo, como en un tiovivo, puedes encontrar aquí motivos de esperanza. Pero una esperanza real basada en la Ciencia: en escritos de neurólogos, en cientos o miles de estudios científicos de los últimos 50 años, y en testimonios y experiencias de enfermos y familiares cuidadores. Lo que funciona es lo que nos interesa, ya sea la levodopa-carbidopa con coenzima Q10 o polifenoles del té verde, con 10-25 mg de vitamina B6 o cardo mariano, o el sorprendente suplemento de 1200 UI de vitamina D3 del estudio de Suzuki de 2013 capaz de detener el Parkinson durante un año (escala UPDRS) o la maravillosa riboflavina o vitamina B2 del tantas veces olvidado y condenado estudio de Coimbra de 2003. La terapia de dosis altas de vitamina B1 (tiamina) intramuscular y oral del neurólogo Costantini con más de 5.000 enfermos tratados y decenas de videos mostrando a los pacientes ANTES y DESPUÉS. El actual "protocolo" del mismo Dr. Coimbra, neurólogo y profesor de Neurología en Sao Paulo, Brasil (dosis muy altas de vitamina D3 y 400 mg de B2). Ya ve qué "heterodoxia" más curiosa. Todos son neurólogos… La revolución que vivimos en el mundo del Parkinson, difícil de ver porque casi todo está sólo sobre el papel y hay que llevarla a la vida diaria. Siempre con valor para buscar y prudencia para probar, consultando todo a su médico y a su farmacéutico. 
 
 
 2. La sencillez que nos aclara más el Parkinson: una balanza. 
 
«Si buscas la verdad, prepárate para lo inesperado, 
pues es difícil de encontrar y sorprendente cuando la encuentras». 
Heráclito de Éfeso 
 
 
El Parkinson se parece mucho a una balanza en la que en el platillo de la protección no hay bastante peso para compensar el del platillo negativo. A partir de los 30 años, la producción de la melatonina pineal cae en picado década tras década hasta un 10 % aproximadamente a los 60 años en comparación con la producción juvenil. Algo parecido ocurre con el glutatión (antioxidante y detoxificador del organismo), la coenzima Q10 (clave en el funcionamiento de las mitocondrias y en la producción de energía), etc. La concentración de vitamina C disminuye con la edad. La cantidad necesaria para lograr una concentración en la sangre de 50 umol/L es casi del doble en los mayores. El 50% de la población en general necesita una ingesta diaria de 83.4 mg. Los mayores necesitarían una mayor, 150,2 mg para conseguir el mismo nivel (Brubacher 2000). No parece casualidad que el Parkinson muestre sus síntomas claros en la mayoría de los enfermos sobre la quinta-sexta década de la vida, cuando las defensas protectoras del cerebro están más bajas. El proceso ha sucedido año tras año, mientras el Parkinson iba desarrollándose de forma paralela año tras año. La dieta mediterránea, el café, el té verde, el tabaco, los antiinflamatorios, retrasan la aparición de los primeros síntomas entre 7.7 y 17,4 años. No es poco. El estrés crónico favorece mucho el Parkinson. El magnesio es el mineral antiestrés. Regula el cortisol (la hormona del estrés) y el locus coruleus (la región que controla el miedo y el estrés, más dañada que la famosa "sustantia nigra" de la dopamina al comenzar el Parkinson). La noradrenalina se sintetiza a partir de la dopamina y la vitamina C.¿Tendrá algo que ver un exceso de producción de la noradrenalina por el estrés crónico con el déficit de dopamina del Parkinson y una mayor oxidación de los restos de la dopamina? Creo que no conozco a ningún enfermo del Parkinson que no detecte en su vida una época de intenso estrés como posible responsable principal de su Parkinson. Relaciones afectivas, ambiente laboral, etc. Los alimentos ricos en magnesio previenen el Parkinson. Protegen el locus coruleus, regulan el cortisol, protegen la sustantia nigra, impiden la aberración de la alfasinucleína, eliminan el aluminio, ayudan a la síntesis de la dopamina, etc. Casi 30 años me han hecho falta para ver así el laberinto parkinsoniano. 
 
 3. Consideraciones intempestivas sobre el Parkinson. 
 
1. ¿Es la levodopa-carbidopa la mejor opción? 
2. ¿Debe ser sólo un neurólogo el que trate el Parkinson, o podría ser también un internista o un gastroenterólogo? 
3. ¿La industria farmacéutica influye o decide el camino que sigue el mundo del Parkinson: investigaciones, financiación, tratamientos, etc? 
4. ¿Vive hoy un enfermo de Parkinson mejor que hace 20 o 30 años? 
5. ¿Por qué no se trata la homocisteína elevada desde el principio y más aún al comenzar con la levodopa? 
6. Ahora sabemos que el colesterol es neuroprotector y que no daña el corazón ni las arterias (Huang 2011, 2019; estudio PURE 2017). Es la materia prima de la vitamina D y de muchas sustancias preciosas para el cerebro. ¿Tiene sentido seguir tomando medicación para rebajar el colesterol (salvo en casos concretos)? 
7. Llevamos 50 años de levodopa. Estamos en un bucle, en un callejón sin salida. ¿Podemos derrotar al Parkinson si seguimos de espaldas a la Naturaleza? 
8. La levodopa natural de la Mucuna es infinitamente superior a la sintética. ¿Hay algún motivo además de la dificultad de tomar decisiones ante la enormidad del mundo del Parkinson, el dinero o las patentes para no generalizar el uso de la Mucuna?

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